Fue una de las últimas actividades programadas por la Unidad Pastoral, aunque las otras (almuerzo de camaradería y entrega de credenciales)serían menos ruidosas. La verdad es que estuvo a la altura de lo que se ha estado viendo en el último tiempo: unidad (mas de sesenta pastores presentes), alta asistencia (casi cien personas quedaron sin poder entrar al teatro), frescura en las relaciones, espontaneidad en la adoración y un quiebre de formatos a toda prueba: la obra que ministró a la iglesia presente, en vez de la predicación habitual, fue buena prueba de ello. Para resumir creo que la nota fue un sobresaliente. De todas maneras esto pone varas altas para lo futuro, pero es un magnífico incentivo para seguir haciendo bien las cosas, con excelencia, y seguir trabajando fuerte para que esta ciudad sea un ejemplo para la gloria de nuestro amado Rey y Señor Jesús.
El siquiatra escucha atentamente a la llorosa Zoyla Depre, quien se irá tal como llegó: con el ánimo por el suelo (parte de la obra representada)
El paranoico que ve enemigos en todas partes excelentemente interpretado por Adolfo Julián nos hizo reír, pero allí quedó la obra para nuestra meditación.
La lolita con doble personalidad nos recordó de nuestras negaciones y falta de compromiso con el Señor en la vida cotidiana. Muchas veces somos también "Zapallito", un tiro al aire y enajenados totalmente de la realidad espiritual.
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