miércoles, 8 de abril de 2015

EL SECRETO DE LA VICTORIA



Las personas que prosperan han superado grandes obstáculos. No es posible alcanzar el triunfo sin encontrar oposición, contrariedades y reveses. Lo importante es utilizar las adversidades para conquistar la victoria. Encuentra la lección en cada crisis y explota tus fortalezas para superar el dolor.
El secreto de la victoria está en no retroceder, la clave de la bendición está en permanecer. Resiste a la tentación de rendirte; con toda seguridad no has llegado a ser la persona que querías ser, pero tampoco eres la persona que solías ser, o probablemente no estés donde quieras estar, pero tampoco estás dónde estabas. Debes permanecer inquebrantable frente a la promesa que has recibido. Pablo dijo: “No quiero decir que ya llegué a la perfección en todo, sino que sigo adelante. Estoy tratando de alcanzar esa meta, pues esa es la razón por la cual Jesucristo se apoderó de mí”, Filipenses 3:12 (paráfrasis mío)
No siempre somos librados de nuestras angustias en el momento en que clamamos al Señor. A veces debemos soportar por un tiempo, ser pacientes, perseverantes en nuestra fe y obedientes a su Palabra. Pero por favor, sigue confiando, no te dejes vencer por los problemas. Nada ni nadie puede obligarte a vivir derrotado. Tu actitud frente a los desafíos cotidianos debería ser: “Aunque las circunstancias a mi alrededor parezcan imposibles de arreglar, yo seguiré adelante. Aprenderé a descansar en mi buen Dios y seré paciente. No permitiré que mi ánimo decaiga. Iré al encuentro de la presencia del Señor, pues ha prometido no abandonarme en medio de la necesidad y yo sé en quién he creído. Él es fiel para sostener mi vida y aunque una puerta se haya cerrado, sé que abrirá una mejor y más grande para mí”.
Vamos, deja de dar lástima a los demás, no vuelvas a acariciar tus heridas. Deja de sentir autoconmiseración. Elévate por encima de tus problemas. No permitas que el dolor por una experiencia desagradable te haga vivir amargado. Aunque te hayan ofendido, sigue haciendo tu mejor esfuerzo. Aunque te hayan defraudado, sigue mostrando tu mejor cara. Aunque el reporte médico no sea el mejor, sal de la casa y sigue sirviendo a Dios. Cualquier persona encuentra motivos para abandonar. Cualquier persona encuentra excusas para no seguir. Pero tú no eres cualquier clase de persona, eres de los que alcanzan la victoria porque eres de los que continúan.  En fin, eres de aquellos que, a pesar del dolor, deciden seguir adelante con la vida.