miércoles, 15 de enero de 2014

DECAE FE CATÓLICA DE HISPANOS EN ESTADOS UNIDOS

WASHINGTON.- Cuando llegó a Estados Unidos hace nueve años y medio, Magda Patricia Lagarda (Patty) se consideraba católica no practicante.


"Allí en Hermosillo no iba mucho a la Iglesia. No entendía demasiado la religión, ni me interesaba, pero claro que era católica, como toda mi familia", explicó.

Fue su hermano, instalado en Silver Spring, Maryland, antes que ella, quien le propuso visitar su parroquia evangélica, la Iglesia Getsemani.
"El primer día que entré a la Iglesia conocí a Cristo. Me entró el Espíritu Santo y no paré de llorar. Me cambió la vida.

"El año que viene regreso a Sonora, pero sería una locura volver al catolicismo, eso ya no tiene sentido para mi. Además, he convertido hasta a mi madre ya", dijo está mujer de 43 años.

Cientos de miles de mexicanos abandonaron la fe católica en Estados Unidos, según reportes como el publicado recientemente por el Public Religion Research Institute (PRRI).

De acuerdo con los datos de este instituto independiente de investigación, 58 por ciento de los latinos de ascendencia mexicana se consideran hoy católicos, cifra que contrasta con el 72 por ciento que lo practicaban en su infancia.

En tanto, los cultos evangélicos crecieron cinco puntos porcentuales (del 7 al 12 por ciento), los mismo que el agnosticismo y el ateísmo (del 5 al 10 por ciento) y algo más que el protestantismo (que pasó del 8 al 12 por ciento)
Julio Romo personifica esa segunda tendencia "tránsfuga". Programador de profesión, era católico cuando llegó a Virginia procedente de Baja California hace 17 años.

"Mis padres me hacían ir a la Iglesia en mi pueblo y si me hubiera quedado en México seguramente seguiría yendo por la presión de la familia. Pero yo aquí no veo necesidad de fingir", dijo.

Julio, casado con una mujer argentina, se considera agnóstico.
"La religión es algo que no tiene ningún peso en mi vida y no llevamos a los niños a ninguna Iglesia. Lo considero un engaño. La mayoría de mis amigos latinos tampoco van a misa", dijo.

El "trasvase religioso" de los mexicanos es similar al de otros grupos latinos. En algunas comunidades, como los salvadoreños o los brasileños de Maryland, es todavía más acentuado.

Los expertos adjudican el "trasvase" a varios motivos: el choque cultural, la ausencia de referentes familiares estables, el proselitismo extremadamente activo de los movimientos evangélicos y la influencia de una vida más urbana son algunos de ellos.

"Hay un patrón que se repite entre todos los latinos. Cuanto más tiempo pasan en Estados Unidos y más integrados en la cultura están, menos católicos son", explicó Juhem Navarro-Rivera, investigador del PRRI.

"Los que han nacido en Estados Unidos son menos católicos que los que han nacido en México. También los que hablan inglés son menos católicos que los que sólo hablan español. Y los que tienen ciudadanía son menos católicos que los indocumentados", ejemplificó.

Desde las iglesias católicas, los cultos evangélicos y grupos como los Testigos de Jehová se ven como una amenaza muy superior a la del agnosticismo o el protestantismo tradicional.

"Van a buscarlos a las casas para convencerlos y les ofrecen falsas promesas y celebraciones paganas. Lo hemos visto con varios fieles. Luego a cambio les piden mucho dinero", se quejó Edwin P., diácono católico de una parroquia latina de Silver Spring.

En la Iglesia Gestemani de Maryland no existen cuotas fijas, pero muchos fieles, como la propia Patty, contribuyen el 10 por ciento de su salario.
En la ceremonias de los domingos, en las que hay discursos motivacionales y conciertos de música algunos fieles entran en trance, otros lloran, se abrazan, gritan y se tiran al suelo.

"Nos dejamos llevar por la emoción. Yo además he tenido muchas experiencias sobrenaturales. El Espíritu Santo me invade", dijo Patty.
Algunos mexicanos tardan años en abandonar el catolicismo. Es el caso de Ramón García, un tapatío de 43 años con cinco lustros en Estados Unidos trabajando como instalador de sistemas.

"Fui muy católico e incluso estaba en el seminario de Santa Teresita en Guadalajara, pero cuando llegué a Estados Unidos me sentí libre de decidir mi religión. Vi que había muchas opciones y no sólo el catolicismo como en México", dijo.

"Me fui apartando y empecé a conocer nuevas culturas, nuevas cosas. Fue un proceso muy largo. Mi mujer, salvadoreña, me introdujo", recordó.
Para Ramón, los cultos evangélicos ofrecen más libertad y una relación más directa y sincera con Dios.

"Aquí no hay mediadores, ni jerarquías. Es un mundo más libre", aseveró.