lunes, 14 de noviembre de 2011

SANIDAD DEL ALMA-PAZ MENTAL

I Ts 5:23  Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y  todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.”
Dios quiere salvarnos completamente (espíritu, alma y cuerpo).

Somos seres tripartitos, conformados por:
-Un espíritu, el cual está listo, reconciliado con Dios, sentado en lugares celestiales.
- Un alma, la cual necesita ser transformada y renovada
-Un cuerpo, el cual será transformado y recibirá la incorruptibilidad.
Pablo señala en su carta que la obra del Señor en nosotros funciona de distinta forma, según si hablamos del espíritu, del alma o del cuerpo: “ Co. 1:10 nos libró, nos libra y nos librará…”  Aquí vemos la salvación, como algo instantáneo y progresivo.

 Jesús vino a sanarnos completamente, partiendo de una sanidad a nuestra alma para que nosotros estuviéramos tranquilos, plenos y en paz con Dios, con nosotros mismos y con nuestros semejantes.

Isaías. 53:5 La cruz produce todo el resultado necesario para nuestra salvación integral:El llevó nuestras maldades y cargó con nuestro pecado, y el castigo de nuestra paz fue sobre Él y por sus llagas fuimos nosotros sanados...” Si hacemos un paráfrasis de este texto quedaría así: “El pagó el precio de nuestro pecado para traer sanidad a nuestro espíritu, y el castigo que merecíamos lo pagó El para traer sanidad a nuesta mente, y por los azotes que recibió trajo la sanidad de nuestros cuerpos”  En este texto vemos la salvación de nuestro espíritu y la sanidad del alma y la del cuerpo.  Sin fe no hay ni salvación ni sanidad.

¿QUIENES NECESITAN SANIDAD INTERIOR?
Todos, absolutamente todos los seres humanos porque la sanidad interior es alcanzar la paz con Dios, con uno mismo y con sus semejantes.
¿Cómo alcanzamos esa paz?
Debemos permitir que Dios cambie nuestra forma de pensar (manera como entendemos el mundo y la vida).  En Romanos 12:2 la nueva mente nos permite disfrutar de esa paz con Dios, en una voluntad agradable y perfecta.
Muchas veces no conseguimos ejecutar nuestro papel (como padres, madres, como amigos, como ministros de Dios, etc.) porque todavía tenemos un alma enferma.
Podemos ser salvos, redimidos. Pero estar aún atados por las cosas que están en nosotros.  Aunque hemos dejado Egipto, el temor y los recuerdos de la esclavitud que sufrimos en el pasado permanecen todavía.  El pueblo de Israel, ya en la libertad de la esclavitud, seguía encadenado a su pasado de manera emocional: “…nos trajiste a morir al desierto…parecíamos langostas delante de ellos…volvamos, allá teníamos comida…”

Cada uno de nosotros tiene una forma de pensar, un esquema conductual, formado a través de lo que ha vivido, por todas las experiencias- familiares, laborales, sociales, emocionales- que han determinado su forma de ser también, porque somos lo que pensamos.  En Proverbios la Palabra dice que “…tal como el pensamiento del hombre, así es él…”.  Pero también el trasfondo que tenemos puede ser  el determinante frente a los demás de lo que yo soy.  Por ejemplo, a Simón lo definen como al hijo de Jonás.  Jonás podía ser un borracho y entonces Simón es hijo del borracho.  La gente muchas veces nos define por el sector donde vivimos, por la familia a la que pertenecemos, al país donde nacimos, los amigos que tenemos. 
Estos factores, tanto nuestro molde conductual, como el molde en que nos clasifican, pueden determinar, muchas veces, las enfermedades del alma y, por ende, la falta de paz interior.

En Isaías 61 el profeta define el rol que cumpliría Jesús y, por ende, su iglesia a través de su misma unción: “El Espíritu del Señor omnipotente está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres.  Me ha enviado a sanar los corazones heridos, a proclamar liberación a los cautivos y libertad a los prisioneros, a pregonar el año del favor del Señor y el día de la venganza de nuestro Dios, a consolar a todos los que están de duelo y a confortar a los dolientes de mi pueblo.  Me ha enviado a darles una corona en vez de cenizas, aceite de alegría en vez de luto, traje de fiesta en vez de espíritu de desaliento…”

Jesús pasó un tiempo largo curando a las personas (hay dos palabras en el original griego que se usan: patos refiriéndose a la enfermedad física y therapeia, que nos habla de sanidad del alma.

 En Juan 10:10 Jesús define a Satanás como ladrón, homicida y destructor.  Y todo el mal viene por el pecado, de nosotros o de otros, como lo veremos más adelante. El diablo lo primero que hace es robarnos la paz mental, después va matando la vida espiritual y eso trae como consecuencia la destrucción de todos nuestros bienes (matrimonio, familia, trabajo, economía, etc)

 
          ¿CÓMO SURGEN LAS HERIDAS EMOCIONALES?

A través de la herencia que recibimos de nuestros antepasados (Exodo 20:5)
·        Maldiciones heredadas por brujería, adulterio, vicios, pactos satánicos

             A través del abuso y maltrato sufrido en la niñez
·        Abuso sexual (Violación, tocaciones)
·        Abuso físico (Castigos corporales)
·        Abuso sicológico (Stress, desprecio, degradación moral)

A través del rechazo, del no sentirnos amados por alguien:
·        Maldiciones pronunciadas contra nosotros
·        Rechazo en el útero (por ejemplo: embarazo no deseado; o, cuando al nacer un niño, los padres esperaban una niña).
·        Actitudes de otros que nos llevaron a sentirnos sin valor o no estimados.
·        Sentimiento de rechazo por causa de: muerte, separación, abandono, crítica, indiferencia, ausencia o violencia por parte de los padres.
·        Preferencia de los padres  por otro hijo.
·        Rechazo en el matrimonio (adulterio, falta de honra frente a los demás)
·        Palabras destructivas declaradas por seres queridos
                  (Feo, gordo, pareces un mono, raquítico, tonto)
·        Humillación por burlas debido a algún defecto. Jezabel tiene mucho poder sobre los hombres y castra con lo que dice.
·        A través del auto-rechazo (cuando no nos amamos a nosotros mismos)
·        Cuando no aceptamos nuestra condición
        (Raza, clase social, profesión, apariencia física, etc.)

A través de la culpa (cuando cometimos errores o fuimos envueltos en situaciones críticas y aún nos sentimos condenados).  Allí el diablo ve una herida y pone una cuña, diciéndote que todavía eres culpable por:
·        Haber inducido a alguien a abortar o haber abortado voluntariamente.
·        Haber matado o participado de la muerte de alguien.
·        Haber abusado sexualmente de alguien.
·        Haber sido molestado o violentado sexualmente.
·        Haber vivido una vida de promiscuidad (una vida sexual sin límites).
·        Haber sido acusado como “responsable” por la muerte
                       o destrucción de alguien
(La muerte de la madre en el parto, el alcoholismo del padre por disgusto, suicidio de alguien...)




¿ NECESITO SANIDAD INTERIOR?
Si he nacido de nuevo, pero aún mi pasado me persigue, necesito sanidad. Si un recuerdo, una persona, un ambiente causa incomodidad, dolor, miedo, tristeza, esta situación indica que la herida no está aún cicatrizada.
Para saberlo podemos revisar comportamientos permanentes:
v  Temor exagerado (a perder todo, trabajo, matrimonio, etc)
v  Dependencia enfermiza (Terror a enfrentar desafíos y tomar responsabilidades)
v  Vicios (droga, alcohol, pornografía, groserías)
v  Envidia desmedida.
v  Personas que siempre están chantajeando.
v  Mucho racionalismo.
v  Inseguridad, complejos, celos, desconfianza.
v  Falta de propósito en la vida, sin deseos, sueños, metas.
v  Consumismo suicida. Comprar compulsivamente.
v  Depresión, angustia, soledad.
v  Baja autoestima.
v  Orgullo y soberbia.
v  Condenación y culpa.
v  Incapacidad de desarrollar relaciones afectivas.
v  Personas que presentan desvíos o  perturbaciones sexuales:
·        Casados incapaces de disfrutar el sexo en libertad
·        Picardía exagerada (todo es doble sentido, todo es sexo).
·        Personas que se masturban compulsivamente
·        Anafrodisia – Falta de deseo sexual.
·        Coito psíquico -  No hay ninguna necesidad del contacto
            (Sólo una  foto, parte de ropa o presencia de alguien, desata un gran deseo sexual).
·        Narcisismo – Admiración exagerada por el propio cuerpo.
·        Exhibicionismo – Obsesión por exhibir el cuerpo y órganos genitales.
·        Fetichismo – Fijación del interés sexual en una parte del cuerpo u objeto.
·        Bestialismo – Deseo de relación sexual con animales.
·        Masoquismo – Perversión sexual del que goza con verse humillado o maltratado por otra persona.
·        Pedofilia – Atracción  sexual hacia los niños.
·        Homosexualismo – Atracción sexual hacia personas del mismo sexo.
·        Transexualismo – Persona que no acepta su sexo y quiere cambiárselo.

III   ¿CÓMO PODEMOS SER SANADOS?

·        Admitir que necesito sanidad – Los que se sienten sanos o no reconocen su enfermedad nunca buscan a los médicos. Ejemplo: Jesús y el paralítico: “¿Quieres ser sanado?”.

·        Creer que hay sanidad en Dios - Es necesario apropiarnos de los beneficios de la cruz.

·        Romper los dominios de Satanás – En una actitud de fe necesitamos quitar las situaciones traumáticas de las manos del diablo para no permitirle que él las use. ¿Cómo?
1.      Pedir perdón si hay pecados ocultos
2.      Confesar algo que nos atormente



·        Entrar en contacto con los recuerdos dolorosos – Muchas veces será necesario exteriorizar (sacar a través de la confesión, del lloro, de la expresión) los sentimientos ocultos.  Por ejemplo Jesús a la samaritana le dice que tiene un conviviente, cuando ella lo está tapando de soltería.

·        Poner un cerco, muro o escudo alrededor nuestro. Is 52:2–“Despréndete del polvo; levántate y toma asiento, oh Jerusalén.
             Suelta las ataduras de tu cuello, oh cautiva hija de Sion.

·        Vencer los recuerdos dolorosos – Necesitamos enfrentar las situaciones del pasado y declarar  el perdón y la victoria del Señor.